Hay un momento en la vida en la que muchas personas quieren convertirse
en emprendedores.
En este trayecto es muy fácil que se cometan algunos errores.
El primero, es renunciar a tu trabajo antes de tiempo. Es decir, cuando
todavía no has emprendido nada.
Lo ideal es que tu trabajo actual pague tu emprendimiento y ya una vez
teniendo un ahorro considerable, puedes empezar a planear tu renuncia.
De esta forma, ya supiste de qué se trataba todo sin arriesgar y con un plan
estratégico.
Bien dicen, que no quemes tus barcos antes de tiempo, pues podrías
ahogarte antes de llegar a la orilla o terminar devorado por tiburones.
Por eso nunca tomes decisiones ni actúes si un plan.
El segundo error es creer que nuestro producto o servicio le va a gustar a
todos sólo porque creemos que es interesante, sin antes probarlo con un
mercado específico. A tus futuros clientes o prospectos.
Es importante saber qué necesitan y qué problema necesitan resolver.
Esto es pieza clave para que tu negocio empiece a funcionar.
El tercer error es acercarnos al amigo o familiar emprendedor que ha
fallado constantemente en sus negocios.
Lo más probable es que te desalentarán diciéndote que no lo hagas y que es
algo muy difícil.
Busca a personas que hayan tenido éxito y que te puedan acortar la curva
de aprendizaje.
Busca consejos en los lugares adecuados con mentores adecuados.
Encuéntrame en Instagram.