Cuando perdí la fe

cuando perdi la fe

Hace algunos años pasé por momentos muy difíciles. Cualquiera podría pensar que la mala suerte me perseguía. No estaba abierto a recibir ayuda porque ni siquiera creía que podía salir de esa situación. Sentía mucha frustración, tristeza e impotencia y creía que no había posibilidad alguna de estar bien. 

Comencé a resignarme, a pensar que así tenía que vivir porque así me había tocado. Estuve así por varios

meses, hasta que un día me sentí completamente harto. 

Vi mi vida desde afuera, era víctima. Había dejado de ser responsable pues era muy cómodo culpar a todo y a todos y no hacer nada por mí.

Ese momento en el que logré verme desde afuera, me di cuenta que mis problemas tenían solución y que no eran más grandes que yo.

Y no fue hasta que yo realmente lo sentí, cuando pude empezar a cambiar. Claro que no fue de un día para otro, empecé poco a poco. Te cuento lo que hice:

  1.  Escribí todo lo que me hacía sentir mal, mis emociones, sentimientos, preocupaciones, problemas. De esta manera no sólo me desahogaba sino que hacía conciencia de lo que estaba dentro de mi control.
  2. Escribí las soluciones de cada unos de mis problemas. Lo que no podía cambiar, no me correspondía solucionarlo, simplemente lo solté.
  3. Me propuse hacer mínimo una cosa al día para solucionar lo que me había propuesto.
  4. Escribí cómo me quería ver, cómo quería estar y cómo me quería sentir. Todo los días hacía estas visualizaciones.

Espero que este plan que llevé a cabo y que me ayudó a salir de mi situación te ayude a ti también. Está bien sentirse triste, preocupado, enojado, hay que darnos el permiso de sentir, pero no por mucho tiempo, sólo el necesario para vivir ese momento o situación, sin reprimirse nada.

Lo importante es tomar acción para salir de ese estado y saber que somos más grandes que nuestros problemas, que nuestros miedos o que nuestro pasado.

Y sobretodo nunca, nunca, perder la fe, jamás dejar de soñar.

“Aunque el miedo tenga más argumentos, elige siempre la esperanza.” 

-Séneca-

Ricardo GP

Después de vivir años frustrado por las circunstancias que rodeaban mi vida, lleno de deudas y creyendo que no había mucho por hacer, decidí hacer un cambio radical en mi vida…

Tener un mentor, una persona que me enseñó y me guió paso a paso para salir del lugar en el que estaba y transformar mi vida.

Cuando hice esta transformación me di cuenta que hay 2 formas de vivir la vida, por circunstancias, o por diseño, desde ese momento decidí diseñar mi vida y compartir con otros cómo hacerlo para convertirse en Creadores de Sueños.

Después de muchos años, he acompañado a miles de personas de más de 32 países a vivir la vida con la que sueñan a través de mis cursos, “Sal de la Montaña Rusa del Dinero”, “Coaching en Aceleración de Resultados”, “Mastermind Creadores de Sueños” y el “Club Vive la Vida de tus Sueños”.

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