A veces el ritmo de la vida, nuestras actividades y estar pensando en tantas cosas al mismo tiempo, nos alejan de poder estar en contacto con nosotros mismos y con los demás.

Ponemos actividades en nuestro día a día y hacemos todo excepto lo que realmente es importante.

Y así, se nos pasan los días y los meses, hasta que de pronto nos damos cuenta de que algo nos está haciendo falta o que nos estamos quedando cortos.

Lo primero en lo que nos debemos enfocar es en nosotros mismos.

Revisar cómo estamos, cómo nos sentimos, qué podemos mejorar y cambiar.

Después analizar cómo estamos con los demás, con la pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.

¿Qué es lo que necesitamos para estar al 100 y satisfechos?

Lo demás no va a cambiar, si nosotros mejoramos y conectamos más con lo que queremos, con nuestra esencia y con los demás, todo comenzará a fluir de una mejor manera.

“Cuando cambias tu manera de mirar las cosas, las cosas que miras cambian”.

Una vez que empiezas a mirarte y nutrirte, se comenzará a reflejar en el exterior y en todo lo que está a tu alrededor.

Si quieres hacer un cambio, la clave está en conectar primero contigo.

Todo empieza a tener más orden, estructura y sentido.

  1. Agradece cada mañana.
  2. Dedica al menos 5 minutos de silencio para conectar con tu paz.
  3. Revisa qué puedes hacer para mejorar contigo.
  4. Revisa cómo puedes mejorar la relación con los demás.
  5. Busca una actividad que te permita estar en paz y equilibrio. (Yoga, meditación, tai chi, etc.)

Siempre busca nutrir y explorar tu esencia. Es lo que más te permite sentirte bien contigo y con quien eres.

>