Ésta es su última noche
Imagina que te dijeran que hoy es tu última noche de vida.
¿Cómo te sentirías?
¿Qué tanto habría valido la pena tu vida?
Ahora imagina que te dijeran que ésta es la última noche de un ser querido.
¿Qué pasaría por tu mente?
Cuando tenía 8 meses de nacido, estuve 2 meses internado en el hospital por la bacteria escherichia coli. No había en mi país la medicina que la curara.
Yo era el más pequeño de 4 niños que también tenían la bacteria y el que tenía menos probabilidades de sobrevivir.
Estuve en tratamiento un mes y una tarde le dijeron a mi papá que esa era mi última noche.
La mañana siguiente empecé a mejorar y los doctores realmente no se lo explicaban. Fui el único que sobrevivió.
El haber sido un milagro hizo que me sintiera con mucha presión de tener que lograr algo grande en mi vida, pues alguna buena razón había detrás de haber tenido otra oportunidad de vida.
Nunca quise ver que yo tenía una misión y un para qué en mi vida.
Buscaba pasar desapercibido.
No fue hasta que nació mi hija, que estuvo 5 días en terapia media, que pude comprender realmente lo que me había sucedido de bebé y la fortaleza de mis papás, pues había sido desahuciado 2 veces.
Realmente, ¿qué haría si fuera mi última noche?
Todos tenemos una misión, un para qué.
Pregúntate: ¿Cuál es tu propósito? ¿Para qué despertaste?
¿Qué es lo más valioso que viviste?
¿Cómo serviste a otros?
¿Para qué has vivido todo este tiempo?
¿Cómo impactaste la vida de otras personas? Si has impactado al menos a una persona, tu vida ha valido la pena.